Resumen en español

En adolescentes la actividad física (AF) mejora la condición física y favorece la construcción de un autoconcepto positivo, la reducción de la ansiedad, depresión y problemas de comportamiento, además, diversas investigaciones sugieren que ser activo físicamente se asocia a una menor oportunidad de ser víctima de intimidación. En Colombia solo el 13,4% de adolescentes son activos físicamente, con diferencias por sexo y nivel socioeconómico. Por otra parte, la intimidación es la forma más frecuente de violencia en las escuelas con proporciones que oscilan entre el 10% al 65% dependiendo del país, el sexo y el tipo de intimidación. Se considera un problema de salud pública con consecuencias como un menor rendimiento académico, baja autoestima, mala salud física, ansiedad, depresión, mayor riesgo de ideación y comportamiento suicida y participación en conductas de riesgo. A pesar de que se ha identificado que el nivel de AF en los adolescentes es bajo y aunque se reconocen sus beneficios para disminuir los generadores de intimidación, los estudios que exploran esta relación muestran resultados contradictorios y generalmente no incluyen factores individuales y sociales que influyen en ambos fenómenos. Así mismo, en Colombia, las investigaciones son escasez y no permiten hacer comparaciones con otras naciones, por tanto se realizó esta investigación con el objetivo de determinar la relación entre el cumplimiento de las recomendaciones en actividad física y la ocurrencia de intimidación escolar en adolescentes colombianos. Se realizó un estudio transversal analítico a partir de la base de datos de 78.772 escolares colombianos de 13 a 17 años que participaron de la Encuesta Nacional de Salud en Escolares (ENSE) 2018. Para el análisis de los datos se construyeron tablas de frecuencia absoluta y relativa con su intervalo de confianza al 95%. El análisis bivariado se hizo mediante pruebas Chi-2 y estimación de razones de prevalencia (RP) y en el análisis multivariado se construyó un modelo de regresión Log-binomial. En conclusión, el cumplimiento en actividad física fue mayor en los hombres y se encuentran por debajo de la prevalencia mundial. Pese a que ser físicamente activo no se asoció con ser intimidado, los hallazgos muestran que las conductas sedentarias representaron 17% más de probabilidad de ser intimidado. Adicionalmente, ser mujer, de minorías étnicas, presentar afectaciones en la salud, haber pasado hambre en el último mes y pertenecer a colegios privados se relacionaron con una mayor probabilidad de ser víctima de intimidación. Entendiendo la naturaleza multifactorial y compleja de estos fenómenos, se sugiere el desarrollo y fortalecimiento de políticas y programas multisectoriales encaminados tanto a la prevención y atención a la intimidación como al incremento de la AF, con un mayor enfoque en las poblaciones vulnerables.