La evolución de la educación propone un desarrollo paralelo de las competencias comportamentales de los directivos universitarios en una relación casi que directamente proporcional, el reto de los directivos se centra en la efectividad de sus tareas para responder a todos los grupos de interés que cobijan las universidades. Las competencias utilizadas han dejado de ser solo habilidades técnicas y cognoscitivas e involucran nuevas competencias como una integración de los términos anteriores, además de la capacidad de análisis, manejo de grupos, comunicación y liderazgo.