Evaluación de la potencial asociación entre la calidad del agua para consumo humano y la enfermedad diarreica aguda (EDA), en la población de la cabecera de el Corregimiento del Saladito, Cali, Valle del Cauca
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Resumen en español
El agua para consumo humano, debe contar con características fisicoquímicas, microbiológicas y organolépticas que se encuentre dentro los rangos establecidos por la normatividad vigente que asegure su condición para el consumo humano, de lo contrario, esta puede ser una fuente importante de infección, la cual puede propagar enfermedades como el cólera, fiebre tifoidea, gastroenteritis, diarrea, problemas en la piel y los riñones. Con el fin de identificar el grado de riesgo de ocurrencia de enfermedades asociadas con el incumplimiento de las características de calidad del agua, la Resolución 1575 del 2007, establece el Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para Consumo Humano (IRCA). El corregimiento del Saladito, área de estudio de esta investigación, al no contar con una planta de tratamiento de agua potable, presenta un nivel de “Riesgo Alto” e “inviable sanitariamente” correspondiente al valor obtenido del IRCA, lo cual representa un posible riesgo a la salud de la población. La calidad del agua para consumo humano y la salud de las personas, son factores que influyen en la calidad de vida de las personas, es por ello, que es esta investigación se llevó a cabo una evaluación de la morbilidad percibida en la población del Saladito, integrando la calidad del agua y los posibles riesgos en la red de distribución. Desde 2012 hasta 2022, se evidenciaron valores consistentemente altos en el IRCA, alcanzando un 82.93% en 2022. El trabajo desarrollado en la cabecera del corregimiento permitió encontrar deficiencias en el suministro de agua, almacenamiento inadecuado y prácticas de higiene subóptimas en las viviendas. La morbilidad sentida se abordó mediante la identificación de 22 casos con síntomas de diarrea, quienes consumían agua del acueducto y practicaban hábitos de higiene inseguros. A pesar de estos hallazgos, la correlación precisa entre la morbilidad y los factores ambientales se dificulta por la carencia de datos seguros y oficiales de prevalencia de EDA y la falta de datos secuenciales del IRCA.