La agricultura familiar es vital para el desarrollo rural y la economía social del campo y sólo amparada bajo una estructura cooperativa puede ser viable y sobrevivir con dignidad a las crecientes exigencias del mercado. De ahí que el trabajo en común, la agricultura familiar y el desarrollo rural se encuentren estrechamente interrelacionados y aparezcan como términos equivalentes, complementarios y sinérgicos de una misma ecuación.