El fenómeno de habitar calle es antiguo y puede decirse que es inherente a los procesos de urbanización. El número de personas que ocupan la calle como su hábitat, se ha incrementado en los últimos años en países como Colombia. Esto puede deberse a múltiples factores: la ausencia del componente social en los planes de renovación urbana de las ciudades, la expulsión de personas a las calles debido a los crecientes niveles de pobreza, el incremento de la violencia intrafamiliar, la insuficiencia de los programas de prevención del consumo de Sustancias Psicoactivas en niños, niñas y jóvenes, el debilitamiento de las redes sociales, el desplazamiento forzado producto de la violencia, entre otros tantos factores. Así, quienes habitan y viven en la calle se convierten en sujetos de interés, pues su lugar de residencia es precisamente el espacio emblemático de lo público y ello genera en la población en general un alto grado de estigmatización.