Adherencia de los profesionales de la salud a las prácticas seguras en la formulación de opioides en pacientes con dolor crónico no oncológico según las recomendaciones de una guía internacional, en una Empresa Social del Estado (ESE) de Cali en 2019 y 2020.
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El abuso en la prescripción de medicamentos opioides en dolor crónico no oncológico a nivel mundial, ha generado farmacodependencia, insomnio, depresión, ideación suicida, muerte y un aumento en el gasto en salud. De ahí la importancia de la adherencia de los profesionales de la salud a las prácticas seguras en la formulación de estas sustancias. A pesar de reconocer dicho problema, en Colombia no existen estudios de caracterización de la prescripción de analgésicos opioides, mortalidad secundaria a un abuso en la formulación o consumo, ni una guía de práctica clínica en la cual el profesional de la salud se pueda apoyar para el manejo de del dolor no asociado a cáncer, sin tener que utilizar de forma crónica los opioides. Para poder caracterizar la prescripción de analgésicos opioides en dolor crónico no oncológico y llenar este vacío de conocimiento teniendo en cuenta que no existe una guía nacional, se tomó la guía internacional de mayor referencia sobre prácticas seguras para el manejo de este tipo de dolor y se aplicó como ejercicio a 4101 prescripciones de una ESE de Cali correspondientes a 2769 en 2019 y 1332 en 2020. Esto permitió establecer la proporción de las prescripciones de opioides realizadas en la institución que pueden ser consideradas como seguras, o que se adhieren a los puntos de a la guía internacional. Se encontró que el único opioide formulado fue tramadol. 276 prescripciones superaba los 30 días de tratamiento en 2019 y 249 en el 2020. En total, 722 y 280 prescripciones correspondieron a una reformulación en 2019 y en 2020, respectivamente. Una sola prescripción excedió los 90 MEM en 2020. En 2019, cuatro prescripciones de tramadol se efectuaron al tiempo con benzodiacepinas en el mismo paciente, mientras que esto solo se presentó en una prescripción en 2020. El porcentaje de adherencia a los puntos de la guía fue de 70.31% en 2019 y de 70.72 en 2020. Adicionalmente, se identificó que la mayoría de pacientes prescritos tenían entre 31 y 60 años, 92,6% fueron formulados por médicos y 5,7% por jefes de enfermería. Como se ha identificado a nivel mundial, el opioide más formulado en esta institución fue el tramadol. Este es un opioide débil que además de tener un efecto fuerte contra el dolor, tiene menor riesgo de hacer daño al compararse con los demás opiáceos. Aunque en Colombia se ha descrito una infrautilización de estos analgésicos, se evidencia que en varias prescripciones existe un uso por más de 30 días, reformulación con tramadol, o uso concomitante con benzodiacepinas, lo que puede aumentar el riesgo de tolerancia, dependencia, sobredosis y muerte por depresión respiratoria en los pacientes. Teniendo en cuenta que alrededor del 30% de las prescripciones presentan falla en al menos uno de los puntos de los parámetros de prácticas seguras en formulación de opioides, se recomienda la realización de una Guía Clínica institucional con base a guías de referencia internacional teniendo en cuenta la experiencia de otros países en el aumento de la prescripción de opioides. Se propone también, un manejo multidisciplinario en la prevención de la farmacodependencia, teniendo en cuenta factores genéticos, psicológicos y sociales que influyen en la percepción del dolor y el riesgo de farmacodependencia en el paciente. Es importante fortalecer el conocimiento en tratamiento de dolor crónico sin analgésicos opioides, en los médicos generales, quienes son la primera línea de manejo. A su vez, garantizar una prescripción segura en articulación con lo tecnológico para la realización de una fórmula realizada en el software, que obligue a cumplir con todos los parámetros de una prescripción para que, además de disminuir el riesgo de daño en el paciente y mejorar el gasto en salud, se cuente con datos confiables que puedan servir para realizar seguimiento e investigación de estos procesos. Finalmente, se propone incluir en la Política Integral para la Prevención y Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas, la farmacodependencia a opioides, permitiendo evidenciar que existe un problema en salud pública relacionado con medicamentos de prescripción como estos, así como la necesidad de implementar grupos multidisciplinarios para el manejo del dolor crónico y la generación de guías de tratamientos seguros para pacientes con dolor crónico no oncológico.