Resumen en español

La ciudad de Guadalajara de Buga a principios del siglo XX evidenció una incipiente modernidad que estaba en desarrollo, caracterizada por las constantes tensiones entre lo antiguo y lo moderno. Jorge Orlando Melo mediante su reflexión acerca de la modernidad y modernización, representa lo moderno conforme a la congruencia de tres procesos revolucionarios que sirven de base para la comprensión del tipo de modernidad que experimentó la localidad. De tal forma, se realizó un acercamiento al contexto nacional y luego al cine para entrever lo moderno. Así, la Ciudad Señora no fue ajena a las directrices y movilizaciones que se desarrollaron al nivel nacional, de ahí que se haya explorado en la inserción que tuvo la localidad en las circunstancias económicas, como las transformaciones urbanas, el proceso comercial e industrial; en los avances en política, que fueron apreciados como atisbos, como el republicanismo y la república liberal; y la cultura, en la proyección de diversas iniciativas para institucionalizar cultura. Asimismo, el cine, como espectáculo itinerante y novedoso, aceleró el mejoramiento de las condiciones de la localidad, posibilitando una nueva forma de concebir la realidad y la modernidad. El Salón Montufar se convirtió en fuente de desarrollo moderno, siendo participe y protagonista en las tensiones que se tejieron entorno al proceso de modernidad al ser espacio de socialización y representación cinematográfica. En primer lugar, desde la perspectiva económica permitió la expansión comercial, urbanística y la debida construcción de un circuito económico. En segundo lugar, desde la perspectiva política, colaboró en el análisis de las expresiones culturales ¿ser liberal y ser conservador- que se suscitaron en el debate político. Y finalmente, desde la perspectiva cultural, contribuyó en el crecimiento cultural al situarse como centro de actividades y promoción cultural, permitiendo la transición de un público bugueño de carácter parroquial a una sociedad espectadora.