Entre el periodismo y la literatura: el reportero en los informantes de Juan Gabriel Vásquez
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El informante narra la historia de Gabriel Santoro, un joven reportero que publica un libro sobre la vida de Sara Guterman, una inmigrante judía que llegó a Colombia junto a su familia, en 1938, huyéndole al régimen de Hitler. La publicación desatará el rechazo frontal y la demoledora crítica de su propio padre; una voz que se convierte en la imagen de censura, por ser desde el inicio de la novela el personaje más interesado en desviar la atención de las personas de dicha publicación. Mientras su hijo realiza el exhaustivo ejercicio de recolectar más información sobre lo que había sucedido en Colombia en la década del cuarenta, por cuenta de la Segunda Guerra Mundial, va encontrando la razón de ser de la rabia y el rechazo de su progenitor. Luego de la información suministrada por Sara Guterman, que termina en la publicación del texto ¿Una vida en el exilio¿ y bajo los juicios de valor de Santoro (padre), el joven reportero se ve en la obligación de emprender una investigación rigurosa que le permitirá corregir los errores y, sobre todo, perseguir la verdad sobre los campos de concentración y las famosas listas negras que se crearon en varios países de América Latina, como respuesta solidaria a las órdenes del presidente Roosvelt. En Los informantes (2013) habla cada uno de los personajes para dar prueba y fe que en la Colombia de los años cuarenta, a través de traiciones familiares, públicas y privadas, se le hacía eco a la contienda militar más grande de la Historia Moderna Occidental. Tal como lo señala el mismo Juan Gabriel Vásquez en diálogo con la periodista Caridad Plaza y el escritor peruano Santiago Roncagliolo, La violencia está sugerida como la vive el personaje central, que es como la vivía yo cuando estaba en Colombia: haces una vida normal, pero con la conciencia de que puede estallar una bomba o de que estás pasando por un lugar que fue atacado por la guerrilla. Consigues dominar el peligro y el miedo, pero siempre están presentes. Los bogotanos saben a qué punto es posible convivir con la violencia, interiorizarla. Eso es lo que sucede en Los Informantes (Plaza, 2006, p.106). El lector encuentra en la novela Los informantes (2013) una invitación de su autor, a pensarse y reflexionar alrededor de las formas en las cuales se construye la opinión pública. De igual manera, establece una imagen de las prácticas en las cuales el Poder es capaz de construir realidades.